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Barcelona se ha declarado amiga de los vegetarianos y veganos. Su campaña “Los lunes sin carne” anima a no consumir este alimento a todos sus ciudadanos durante estos días de la semana. Las dietas que dependen del Consistorio de Ada Colau, como son los comedores sociales, no incluirán carnes los lunes. Ante esto, el gremio de los carniceros ha puesto el grito en el cielo.
Que un ayuntamiento promocione la comida saludable no solo es comprensible sino muy acertado. La alimentación de estas últimas décadas no está siendo la más adecuada para la población. Exceso de bollería industrial, azúcares, carnes rojas….son síntomas de que nuestra alimentación se va alejando de la buena dieta mediterránea que teníamos. Los efectos de esto lo empieza a padecer la población con obesidad y altos niveles de colesterol incluso en los niños.
De esto al hecho de que un ayuntamiento promocione no comer un cierto alimento unos días determinados va un trecho. La medida me recuerda a mis abuelos, que ciertos días del año no pueden comer carne porque su religión se lo prohibe. Desde luego, lo de no comer carne los lunes en Barcelona, es solo una recomendación pero también afecta a otro grupo de población que son los carniceros. Entiendo perfectamente las protestas de los carniceros.
Por otro lado, si consultásemos a un nutricionista posiblemente nos diría que una alimentación exclusivamente vegetariana o vegana también tiene problemas o carencias. Nos hablaría de la proporción de carnes, pescados, pastas…que se debe tomar cada semana y no de excluir ningún tipo de alimentos.
Más que educar o aconsejar a los ciudadanos en alimentación, pienso que la campaña “Los lunes sin carne” es una estrategia publicitaria para atraer a un tipo de turismo. Esto puede favorecer a un grupo de comerciantes y desfavorecer a otros. Creo que un ayuntamiento no puede entrar en estas confrontaciones porque es el ayuntamiento de todos. Luego intentar educar en alimentación sí pero no de esta manera.
Pablo Quindós de la Riva 2ºB.
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