viernes, 13 de mayo de 2016

Cyborgs: hombres masas con chips incorporados.

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Hoy en día, vemos como han surgido nuevas formas de pago, de conectarse al mundo e incluso de controlar a la población. Un ejemplo de ello son los implantes subcutáneos, objetos que permiten al hombre interactuar con objetos conectados con un simple gesto. 

Estos implantes han empezado a utilizarse, cómo no, en los empleados de algunas empresas como de seguridad informática. Supuestamente estos implantes, llamados "NFC" (abreviatura en inglés de "comunicación de campo cercano"), son poco sofisticados y simplemente servirían para entrar en la oficina o en el gimnasio, encender el móvil, apagar o encender luces entre otras acciones sencillas. Además, según los proveedores, el peligro de robo de información es muy bajo. Haría falta que el delincuente se pusiera cerca de la víctima con un smartphone para romper la contraseña, que por cierto es de cuatro carácteres actualmente. Y lo afirman como si fuese algo remoto que apenas ocurriría.

Por lo tanto, a pesar de que suponga un progreso en algunos sentidos, claramente este sistema deshumaniza a las personas que los lleva. El ser humano no es un perro o un caballo al que haya que controlar. 

Este tipo de experimemtos lo único que demuestra es las intenciones de una minoría poderosa. Si las clases sociales se levantaran, otro gallo cantaría.

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