jueves, 19 de mayo de 2016

Se prohíbe una barbarie

El Consejo de Gobierno de la Junta de Castilla y León ha aprobado este jueves 19 un decreto ley en el que se modifica el Reglamento de Espectáculos Taurinos prohibiendo matar en presencia del público reses de lidia en espectáculos taurinos, este decreto ley termina así con la matanza del “Toro de la Vega” que se celebra en Tordesillas desde la Edad Media. El espectáculo que consistía en el lanceamiento del animal con picas hasta la muerte. La controversia, que llegó a ser el año pasado un debate nacional para la que algunos líderes políticos se posicionaron incluyendo en sus propuestas programáticas la futura abolición este caso de maltrato animal, no cesa pues el Gobierno de la comunidad no ha prohibido la celebración de la fiesta sino únicamente la muerte pública del toro.

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El partido animalista PACMA ha calificado la medida de "éxito rotundo", aunque su intención es que se suprima "completamente" el torneo. Su portavoz, Laura Duarte, ha recordado que "llevan diez años luchando contra todo esto" y que van a proseguir con la protesta porque el objetivo es "acabar con los festejos taurinos y con la tauromaquia en general".
El debate entre la tradición, la cultura y el maltrato sigue entonces en pie, mientras que los defensores aluden a la fiesta como "sensibilidad, nobleza, arte y emoción", los detractores al contrario opinan que la barbarie debe terminar. Por mi parte, suelo apoyar a la tradición y la conservación de la cultura pero en este caso me parece un acto demasiado brutal como para exhibirlo y considerarlo un evento cultural. Pero aun mayor me parece el problema de que se presente esta matanza cómo producto de entretenimiento con el posterior gozo de los espectadores a pesar de la gravedad de la barbarie. El animal acaba muriendo tras haber sufrido durante mucho tiempo las estocadas y heridas que provocan las armas con las que se lleva a cabo el evento. Teniendo en cuenta esto, debería de estar considerado cómo maltrato animal ya que las personas que arremeten a los toros no hacen que este muera rápido y sin sufrimiento sino que el toro permanece cercado y recibiendo una marabunta de golpes que conducen más al sufrimiento que a la muerte.

Hecho por Eduardo Távora.

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