Asesinato casi doble tras ruptura en casa de su ex-pareja

La Audiencia Provincial de Madrid ha condenado a 26 años de prisión a un hombre por matar a su suegra tras cuatro puñaladas, dos de ellas mortales, e intentar asesinar a su ex-novia, además de no poder acercarse a ella a menos de un kilómetro durante 13 años y 6 meses. Finalmente, una indemnización a la familia de 223924 euros por responsabilidad civil.

Analicemos los hechos por partes;

Todo sucedió cuando el hombre, no sé si llamarlo hombre o deshecho, acudió a casa de su ex-novia a recoger sus pertenencias tras haberse separado de ella.

Fue a la cocina a por un cuchillo, entró en el dormitorio de su ex-pareja y le asestó tres puñaladas, aunque sobrevivió debido a ser reanimada de una parada cardiorrespiratoria.

La hermana y el cuñado, que también estaban presentes, trataron de frenar la situación, pero fueron obligados por el asesino a salir del apartamento. Entonces, aprovechó que estaba la suegra y la mató.

Lo más gracioso de la situación, y digo gracioso por no decir indignante, ridículo, deprimente, es que la ex-novia del acusado declaró que “ya se esperaba una paliza, pero no llegar a este punto”.

La madre también estaba al tanto de la agresividad del culpable, y por eso mismo viajó desde Rumanía hasta España para ayudar a su hija por miedo a lo que pudiese suceder después de la ruptura.

No tenemos suficiente con la cantidad de casos de violencia de género a día de hoy, y las veces que han sido expuestos en los medios, o incluso se han hecho campañas para evitarlos, para que la gente siga sin llamar, sin denunciar.

También entiendo que cada persona es un mundo, y que el miedo se apodera de una persona y la encierra, dejando la libertad a un lado.

Pienso que aún nos quedan varios escalones para avanzar con la violencia de género aunque me parece bien que se le esté dando la importancia que se merece.

En cuanto a la condena, en mi opinión este hombre no debería poder acercarse más a la mujer en su vida, y debería pasar el resto de sus días en la cárcel. Deberá arreglárselas para pagar la indemnización, pero el dinero no nos devuelve la vida de un ser querido.

Aquí tenéis la noticia, una muerte más, una víctima más de estos engendros que se merecen lo peor en la vida, y es lamentable que sigan dándose casos así.

Algún día podremos decirle adiós, espero.