jueves, 18 de febrero de 2016

Hagamos que la historia no se repita

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Actualmente, es increíble que ni nos inmutemos al conocer nuevos casos de corrupción en el Partido Popular. Aunque es razonable, ya que en los antiguos feudos del partido hay bastantes altos cargos involucrados en casos de corrupción. Lo incomprensible es que en esta situación, la élite del partido no cambie su posición: frente a las cámaras y los focos condenan la corrupción como un acto antipatriota y detestable, pero bien que siguen protegiendo, con los aforamientos, a políticos como Rita Barberá de los jueces que llevan el caso Taula o como Beltrán Gutiérrez Moliner, ex gerente del partido popular en Madrid e investigado dentro de la trama Púnica. Sin embargo, los votantes y militantes del partido también tienen parte de culpa, por permitir que se realicen prácticas fraudulentas dentro del partido. Por ello, no solo los votantes populares, sino todo el país debería levantarse e impedir que vacíen las arcas públicas, como si le quitaran un caramelo a un niño.

Si analizamos la política española actual, veremos que coincide, aunque salvando las diferencias, con la misma en que se encontraba el país en la época de la Restauración borbónica: bipartidismo, inestabilidad política, corrupción, desastres internacionales y pérdida de la confianza en los políticos. Para solucionar esta crisis, muchos hablaron de una regeneración (Regeneracionismo) y la búsqueda de un mismo objetivo que levantase el país. Estas ideas de regeneración política, social y económica deberíamos rescatarlas, renovarlas y aplicarlas, para hacer de España un país moderno y joven.

Para empezar, deberíamos exigir a los partidos que expulsen a los corruptos y a los corruptores, con el fin de que estos no dificulten la creación de nuevas leyes e instituciones que persigan cualquier tipo de corrupción. Además, para asegurar la limpieza de las cuentas de las diferentes formaciones, la transparencia es nuestra mayor aliada, publicando las cuentas anuales por Internet. También podríamos triplicar el delito de financiación ilegal de los partidos o limitar la concesión de indultos por los Gobiernos, excluyendo en todo caso los delitos por corrupción, entre otras decenas de medidas que ya conocemos como éstas.

Por otro lado, es fundamental y necesario un sistema educativo eficaz que eduque a la población y la prepare frente a la complejidad la sociedad actual. Hoy en día, saber sobre política impide la manipulación y nos da la posibilidad de mejorar el país. Cuando cambiamos la ley educativa con cada gobierno que entra es imposible saber la eficacia del sistema. Por lo tanto, deberían de ponerse de acuerdo todos los partidos políticos con representación en el Congreso en materia educativa.

La dificultad está en dejar las diferencias de pensamiento a un lado, fijar un objetivo común para todos y, por supuesto, impedir que nadie ni nada nos manipule o nos quite nuestras libertades y derechos porque la mayoría de los ciudadanos cumplimos con nuestras obligaciones y cuanto más conocimiento sobre política tenemos, menos posibilidades tienen de engañarnos y utilizarnos. "Un pueblo que elige corruptos no es víctima, es cómplice."






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